Es difícil.
Nosotros vivimos en una casa, en un país, en un continente, en un planeta, en una galaxia, en un grupo de galaxias, luego en un universo. No sabemos dónde está el límite, la frontera, ni el comienzo ni el final. Porque el universo es infinito. ¿Lo podéis imaginar? No, yo no puedo. Se escapa a mi entendimiento. Puedo leer libros de Stephen Hawking y seguir conmoviéndome, maravillándome, sorprendiéndome pero me parece que contener todo el saber es una quimera inabarcable. Somos menos, mucho menos que una partícula de arena en medio del desierto del Sáhara y aun así, el Sáhara tiene sus límites. Solo somos chispas irrisorias en relación con el universo.
Vamos por partes.
Nosotros, partiendo del supuesto que seamos humanos y no extraterrestres (y no está de más decirlo), pertenecemos a un planeta llamado Tierra (aunque debería llamarse Agua). Y nuestro planeta forma parte del Sistema Solar. Hasta aquí bien.
La Vía Láctea está situada en la periferia de nuestra galaxia, concretamente en un rinconcito del brazo de Orión. Y a la vez, nuestra galaxia forma parte de un grupo de 40 galaxias llamado Grupo Local. Hasta aquí bien también.
En este Grupo Local tenemos a nuestra galaxia vecina, llamada Andrómeda, la cual, por cierto, se está acercando a la nuestra a 300km. por segundo, con lo cual en el futuro colisionará con la nuestra para fusionarse y formar una galaxia elíptica supergigante.
Hay tres tipos de galaxias: las espirales (como la nuestra) con brazos curvos envueltos en polvo (nosotros estamos en el brazo de Orión), después tenemos las galaxias irregulares y las pequeñas.
Se estiman que existen mas de 100.000.000.000 galaxias en el universo observable (lo sabemos por su resplandor). Nuestro Grupo Local la forman solo 40. ¿Increíble, no?
Por eso digo: ¿Qué es mas absurdo; pensar que los extraterrestres existen, o que no? A lo mejor somos los únicos seres vivientes en cien mil millones de galaxias, pero lo dudo. Es una cuestión de estadística y sentido común.
Es necesario rehusar la idea del tiempo originaria del siglo XVIII y fuertemente ligada al positivismo y las respuestas lineales del capitalismo moderno. Es decir, que todo está contenido en un tiempo único, monolineal, regular, abstracto e irreversible.
Sino sucediera nada, si nada cambiase, el tiempo se detendría. Porque el tiempo no es mas que cambio, y es precisamente el cambio lo que nosotros percibimos, no el tiempo. De hecho, el tiempo no existe.
La mayoría de nosotros vive a un ritmo tan frenético que la quietud y el silencio nos resultan extraños e incómodos.
¿Pero acaso no tenemos derecho, acaso no nos ha de preocupar hacernos preguntas sobre nosotros mismos; sobre nuestra existencia? ¿Porqué se nos desarrolló, inexplicablemente de golpe, el cerebro? ¿Quizás las respuestas se encuentran en monumentos tan misteriosos como la Gran Pirámide de Egipto?
Los niños hacen preguntas continuamente. No hay nada malo en hacer preguntas directas, si no esconden malicia. Deberíamos aprender de ellos; la verdad es que los niños han de ser muy pacientes con los adultos.
¿No tenemos tiempo para cosas poco serias? Pero recapacita; ¿no es verdad que cuando uno está muy triste, le gusta ver las puestas de sol? Porque buscamos esa conexión perdida y olvidada con el más allá, porque necesitamos la dulzura y la magia de una puesta de sol. Y sobre todo, porque nuestro cuerpo está compuesto por átomos del universo, nuestras células encierran una porción del océano primitivo, estamos compuestos por polvo del Big Bang; somos hijos, literalmente, de las estrellas. ¿Tendremos con nosotros la memoria del Universo?
Así que la pregunta y la cuestión es muy seria; ¿de dónde venimos, dónde y porqué estamos aquí? Como dijo Platón; hay algo en el corazón humano que ama la libertad incluso más que la vida.
El conocimiento es libertad y saber a qué atenerse.
Los astrofísicos nos hablan de universos paralelos dónde espacio y tiempo se solapan, no son lineales. Es decir, cuando existen varias dimensiones paralelas, a la vez, en el mismo espacio. Dos realidades simultáneas. No sabría explicarlo, la física cuántica me queda muy grande.
Pues existe una antigua tradición, llegada a este mundo al otro (el de las almas), existen allí y de nuevo vuelven acá. (Platón. Fedro).
Los muertos envuelven a los vivos: los vivos son la esencia de los muertos. En esta esencia existen las dimensiones de tiempo y espacio. El envoltorio de esta esencia es atemporal. A veces los vivos experimentan la atemporalidad, en revelaciones mientras duermen, en éxtasis, en momentos de peligro extremo y podría ser en la propia experiencia de la muerte.
Hasta que el capitalismo no deshumanizó la sociedad, todos los vivos esperaban la experiencia de los muertos. Era su último futuro. Sólo los vivos estaban incompletos. Por lo tanto, los vivos y los muertos eran independientes. El egoísmo moderno ha roto la interdependencia entre vivos y muertos, con resultados desastrosos para los vivos, que consideran a los muertos como eliminados.
El hombre es el único ser vivo entre dos escalas temporales, como mínimo: la biológica de su propio cuerpo y la de su conciencia, o como popularmente se dice, "sexto sentido".
Una de las creencias principales del budismo es la reencarnación; el concepto de que una persona ha de pasar por muchos ciclos de nacimiento, vida y muerte. La física cuántica pretende mostrar científicamente algo que sospechan, que creen, que reconocen como ya lo hicieron los budistas hace milenios.
La ciencia se interesa en los hechos visibles, perceptibles. No permite interpretar lo que hay "mas allá" de lo visible. Contrariamente a una opinión muy difundida, no elimina a Dios. Pero no puede probar ni su existencia ni su no existencia. Sencillamente, los científicos son humanos y utilizan un método.
Siguiendo con el argumento, para Buda el karma, era la ley que une implacablemente las causas y los efectos. Según la concepción budista del universo, la espiritualidad consiste en ser consciente de que, si una relación de interdependencia nos liga a cada cosa y cada ser, el menor de nuestros pensamientos, palabras o acciones tendrá repercusiones reales en el universo entero.
Según los astrofísicos, el universo no es inmóvil. El universo no ha cesado de evolucionar, dilatándose, enfriándose, estructurándose. Antes del Big Bang (una gran explosión de luz hace quince mil millones de años), se cree que en el universo no había galaxias, ni estrellas, ni moléculas, ni átomos; era un caldo de materia informe a una temperatura de millones de grados. Son en el fondo causas y efectos, lo que rige nuestra vida y la del universo. El karma.
Buda no es Dios. Buda es un adjetivo que significa "despierto", "iluminado", "evolucionado". Hay que saber que cuando cambia la mente, cambia todo, no sólo porque se ve el mundo de otra manera sino porque el cambio de uno provoca modificación en los demás.
Todos tenemos algún mensaje, Todos.
Mi mensaje particular es que dejemos de pensar que somos el ombligo del mundo, que formamos parte (vivos o muertos) de este universo regido por la causa/efecto.
Y que yo, no te estoy enseñando nada que tu no sepas, solo recordándotelo, pues no es lo que tu sacas de la lectura lo que te enriquece tanto; lo que al final cambiará tu vida es lo que la lectura saque de ti. Los textos en realidad no te enseñan nada nuevo. Los textos te ayudan a ver lo que ya está dentro de ti. Eso significa esclarecimiento. Utiliza, haz caso de tu sexto sentido.
No leemos a otros, nos leemos a nosotros mismos.
(José Emilio Pacheco)
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