Mi idea del mundo




Tengo 34 años y todo lo que sé o creo saber del mundo, dejando aparte todo lo que me enseñaron en el colegio y la universidad, no es mucho y ni tan solo estoy segura de ello, por eso es mi idea del mundo.

Si pudiera comparar mi idea del mundo con alguna otra cosa, diría que vivo en una especie de agujero negro que todo lo absorbe sin dejar rastro de nada realmente evidente.

Un caos diría yo, de información; de ideas, de pensamientos, de datos, de fuentes, etc. Un universo entero de conocimientos que yo no sé como poner en orden dentro de mi cabeza.

Mi motor es la simple curiosidad. Mi motivación por saber cada vez más sobre las cosas que me rodean ya que la mayoría no las entiendo.

Para empezar digamos que el mundo se mueve por el ying y el yang. Osea del blanco-negro, bueno-malo, luz-oscuridad. Pongamos que se rige por unas energías que son antagónicas entre sí y a la vez complementarias. Es decir, para que exista lo bueno debe existir lo malo, para conocer la luz hemos de conocer la oscuridad y así sucesivamente con todos los contrarios de la vida.

Entonces nosotros estamos compuestos de esta misma dualidad, de esta misma materia, de esta misma energía. Pero la energía ni se crea ni se destruye, se transforma. Esto significa que nosotros somos energía al igual que el resto de universo que al fin y al cabo es nuestro origen. En definitiva, estamos conectados energéticamente con el universo y todo lo que éste incluye.

Si somos luz y oscuridad a la vez, podemos transformar nuestra energía en positiva o negativa para recibir de vuelta como un boomerang más energía.

De ahí viene el concepto de nuestra alma que desprende una luz que llamamos el aura de la persona. Y como nuestra alma es energía, ésta no se crea ni se destruye jamás, es inmortal y eterna. 

Partiendo de esta hipotética base, ya que nadie (que yo sepa) a podido demostrar jamás la existencia científica del alma, pensemos por un instante que nuestro cuerpo muere pero nuestra alma sobrevive llegando a fundirse de nuevo con el universo. Entonces es cuando nuestro ser verdadero alcanza su máxima plenitud, paz y equilibrio perfecto, igual que los monjes budistas llegan a través de la meditación al nirvana.

Hasta aquí todo perfecto pero resulta que nuestra alma es imperfecta (porque poseemos muchos defectos y cometemos pecados) y vuelve de regreso a la Tierra. Nuestra alma ha de volver a reencarnarse porque aún nos quedan lecciones que aprender en este mundo terrenal. Así que volvemos de nuevo a la Tierra porque nos quedan cosas pendientes de nuestra vida anterior.

Me creo, tengo fe que tenemos alma y que ésta es inmortal. Al menos todas las religiones de nuestro planeta y tres de las más importantes del mundo (católica, hinduismo y islam) están de acuerdo en este aspecto. La reencarnación tampoco es extraña para el dogma budista - hinduista.

Yo siempre he pensado en otros lugares como propios, sitios que me atraen desde mi infancia, culturas extranjeras que no me son del todo ajenas y por las que siento cierta afinidad, o personas que con solo mirarlas a los ojos noto una conexión inmediata, costumbres propias que nunca hemos conocido ni en nuestros padres ni en nuestro entorno... En fin, hay cosas que sabemos y nadie nos la ha enseñado, que las intuimos sin más, de manera espontánea y simple como el respirar. Todo podría deberse a vidas pasadas, a experiencias vividas que nuestra alma recuerda y nosotros conscientemente no.

Dicen que los niños desde que nacen hasta los 3 años tienen la capacidad de ver el aura de las personas, es decir el reflejo del alma de las personas. Después la realidad y la educación que recibimos centrada en la ciencia como máxima autoridad, hace que pierdan ese don. Se dice que se ve con el tercer ojo, el que hindúes se pintan con un puntito rojo en el entrecejo como invitación y permiso para que los demás miren más allá de su cuerpo físico. Igual que nuestros artistas occidentales pintaban una aureola dorada alrededor del santo, también para que veamos que su aura desprende una luz dorada que a su vez es el color del que ha llegado a la iluminación, a la santidad, a la cúspide de la sabiduría.

Pero siguiendo con el tema, si yo quiero creer en este karma, éstas leyes cósmicas que rigen todo, también debo creer en el sentido de la justicia. Es decir, si yo hago el mal lo pagaré sino en ésta vida, en la siguiente ya que el universo se encargará de que vuelva mi boomerang particular. Y del mismo modo ocurre en sentido contrario. Sino te gusta que te roben, no robes. Si te gusta que sean amables contigo, sé tu amable con los demás. Bueno esto predicaba Jesús un buen día antes que lo crucificaran los romanos.

Así pues, yo creo en el sentido de la justicia; la justicia divina o del universo, no la de los hombres que suele ser una mera caricatura. 

¿Cuál es el objetivo, el sentido de nuestra vida? Supongo que entonces será el de aprender; aprender a ser mejores personas, más sabias. A lo mejor deberíamos poner en práctica lo de dar al prójimo, de amar a nuestros semejantes, de hacer el bien por el simple hecho de hacer lo correcto. Y no hacer caso de la gente que dice que las buenas personas son tontas. Las buenas personas no son tontas, son buenas personas, sin más, si son mas o menos inteligentes ese ya es otro tema. Las personas buenas seguramente siguen los mismos principios.

Todos sabemos muy bien lo que está bien y lo que está mal y si nos equivocamos, pues rectificamos que rectificar es de sabios también. Equivocarse está bien y es normal porque todos estamos aquí para aprender. Que saquemos algo de las experiencias seria lo suyo, la verdad. Que el diablo mas sabe por viejo que por diablo.

Hay gente que no aprende nunca, que parece que les encante arrastrase por el suelo y hundirse cada vez más en el barro. Y otros, actúan con una fuerza interior tan fuerte; con esa certeza de los que saben hacia donde se dirigen y que por propia inercia suben y suben hasta volar muy alto.

En medio de un larguísimo puente dónde solo existen dos opciones; sentarse a esperar o caminar hacia el final hasta ver la luz, yo soy de las que dan pasitos hacia adelante con el único consuelo de que algún día llegaré al final del túnel. Pero sea como sea, el final llega tarde o temprano. Tu actitud frente a la vida solo servirá para que el viaje sea mas largo y pesado, o mas corto y ameno.

Jodidos, jodidos estamos todos, que por eso estamos aquí, así que sólo depende de uno mismo.

Yo creo que recorremos este maldito túnel durante muchas vidas, no creo posible que alguien pueda haberlo hecho solo de un tirón, en una sola reencarnación, exceptuando quizás a Jesús, pero Jesús era un crack. Los demás lo intentamos lo mejor que podemos, con más penas que gloria. 

Y que decir, de las personas que deciden ser malas. Se sienten resentidas y deciden pasarse al lado oscuro. A partir de ahora me enfado con el mundo y voy a mentir para llevar la razón, voy a ser hipócrita para evitar la confrontación y de este modo quedo bien con todo el mundo sin esforzarme en ser realmente quien soy. Voy a estafar a los demás dando una imagen de mi que no es verdad. Lo malo es que esos "atajos" fáciles te van hacer frenar y vas a ir más o menos tirando, serás más o menos feliz pero solo a corto plazo, al principio porque sino dejas de dar vueltas en círculo, te vas a cansar y tropezarás. Volverás a levantarte lentamente para volver a empezar de nuevo desde el principio y volver al punto de partida.

Lo difícil no es ser mala persona, de hecho es muy fácil porque:

1. Lo difícil es ser lo bastante listo para conocerse a uno mismo.

2. Ser lo bastante valiente para ser uno mismo, lo bastante insensato para cambiarse a uno mismo y, al mismo tiempo, seguir manteniéndose uno auténtico.





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